Domingo Melfi

Prohibida su reproducción, salvo que se indique el nombre del autor y la fuente.

por  Arturo Flores Pinochet

 

El escritor

Crítico y ensayista. Cuando se nombra a los grandes críticos chilenos, generalmente asoman con rapidez Alone, Ricardo Latcham, Hernán del Solar, Raúl Silva Castro, Ignacio Valente, pero no surge con la misma prontitud el nombre de Domingo Melfi, quien posee a su haber una extensa trayectoria en las letras chilenas, especialmente en lo tocante al ensayo y a la critica literaria.

El comentario de libros ejercido por Domingo Melfi se caracterizó, a diferencia de otros, por ser simple, atractivo e interesante. Manejó acertadamente la lengua  y sus escritos son claros, sencillos y profundos. Hay una manera agradable de conversar con el lector, reflexionando sobre las virtudes o defectos de una obra. Se aleja del resto de sus colegas en el sentido que, durante el discurrir de sus reflexiones, reconstruye la época, los ambientes, las costumbres, las preferencias, todas las características que rodearon tanto al autor como a la obra. Hay mucho tinte histórico-biográfico en el juicio, lo cual lo hace doblemente interesante, por cuanto, por un lado, es ameno, y por otro, despierta la curiosidad por saber como se manejaban los hilos, tanto de la vida del autor como de lo que él relata. Eso obliga a leer los ensayos con deleite y aprovechamiento, dos virtudes que no se aprecia ciertamente en el común de los comentaristas de libros.

En el libro Historia y Antología de la Literatura Chilenade Julio Orlandi y Hugo Montes, se dice lo siguiente sobre su capacidad artística, especialmente en el plano de las palabras: “Su cultura es amplia; sus apreciaciones, acertadas. En su estilo claro, sencillo, convincente, hay una distinción natural que realza la expresión. Su palabra nunca ofende: aconseja, persuade. Es comprensivo, generoso, humano” .

Un excelente resumen de los valores artísticos  de Domingo Melfi.

Por el lado del ensayo, que es lo que más publica en textos, puesto que su obra, en lo referente a comentarios de libros, está desperdigada, como tantos, en los diferentes diarios del país, traemos a cuento dos opiniones que nos parecen interesantes. Por un lado, el escritor Alfonso Calderón manifiesta lo siguiente: “El ensayo halló en él un observador que estableció los vínculo entre la literatura de Chile y la sociedad, con una mirada moral muy profunda destinada a buscar una definición de nuestra raíces, constantes e incongruencias, descubriendo una noción de la realidad que adquiere, por momentos, un carácter huidizo y rostro proteico”-  .

A su turno, don Raúl Silva Castro no lo trata muy bien y tiene sus aprensiones en torno al trabajo de ese género. Dice: “Lento en la forma, difuso a veces en la exposición de las ideas, Melfi trata de presentar problemas antes que resolverlos, y se coloca en la posición de espectador enamorado de las cosas”. Sin embargo, más adelante, Silva Castro expone. “Melfi logra interesantes aproximaciones a la indagación de la personalidad de los chilenos como sujetos de hechos cívicos”. (Panorama Literario de Chile.

Es muy posible que en la apreciación del  historiador de las letras chilenas haya prevalecido algunos temas tratados por Domingo Melfi,  los cuales se ubicaban generalmente en las antípodas de su pensamiento ideológico.

Una de las características del trabajo literario de Domingo Melfi es la claridad de conceptos y de ideas que lo convirtieron en un escritor convincente, probo en lo intelectual, fervoroso en sus ideas y sólido en sus razonamientos, unido a la consecución de un estilo logrado, vigoroso y flexible, como ya se ha dicho, convirtiéndolo, en definitiva, en uno de los críticos literarios más certeros de Chile.

Lamentablemente su tarea no ha sido reconocida en todo lo que se merece.

Sirva, entonces, esta semblanza para reparar, en parte, ese olvido.

Rasgos biográficos

Nació en Italia, en la ciudad de Viggiano en 1890. Vivió desde su niñez en Chile y se convirtió en ciudadano chileno. Estudió y se graduó de odontólogo enla Universidadde Chile. Pero se dedicó al periodismo. Desde Talca, donde estuvo radicado, colaboró enla Revista Sucesos, bajo el seudónimo de Julián Sorel, en los periódicosLa MañanayLa Zona Central, llegando a ser director de este ultimo. Posteriormente, avecindado en Santiago, escribió sus comentarios críticos enLa Nación, del cual nunca fue critico oficial, puesto que primero estaba Alone y luego Ricardo Latcham. Sin embargo en el diarioLa Naciónfue redactor, subdirector y director. Los diarios El Mercurio y El Sur de Concepción conocieron de sus colaboraciones. Posteriormente fue designado porla Universidadde Concepción como director dela Revista Atenea, hasta su fallecimiento (1931). Con anterioridad a esta designación, Domingo Melfi había colaborado regularmente en la revista citada. Fue el primer presidente dela Sociedadde Escritores. Se desempeñó como funcionario enla Biblioteca Nacional

Murió en Santiago el 10 de enero de 1946

Libros publicados

Entre su numerosa obra, destaca El Viaje Literario,(ver cronicasliterarias.wordpress.com) porque en él se funden las características literarias de Domingo Melfi  que hemos señalado anteriormente.

Portales 1930

Dictadura y mansedumbre 1931

Sin brújula 1932

Pacifico Atlántico, 1934

Indecisión y desengaño de la juventud 1935

El congreso de escritores en Buenos Aires 1936

Panorama de la literatura Argentina y uruguaya, 1937

Dos hombres: Portales y Lastarria, 1937

Estudios de literatura chilena 1938

El hombre y la soledad en las tierras magallánicas 1940

El viaje literario 1945

Tiempos de tormenta en el remate de un viejo palacio santiaguino 1945

La generación literaria de 1900

Páginas Escogidas, Biblioteca Nacional

TEXTO: Jorge Arturo Flores

FOTO: Memoria Chilena

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