ELIANA NAVARRO

Poeta de alto vuelo lirico. Su poesía, que tiene rasgos místicos notorios, abarca varios motivos, entre los cuales distinguimos la complejidad humana, el amor, la mujer del pueblo, los paisajes rurales de su infancia y adolescencia, esto último, emparentándola un poco con la poesía lárica de Teillier, etc. Pertenece al conjunto de poetas y escritores chilenos que vivieron en el sur y nunca terminaron de llegar a la capital. De ahí su constante ensoñación por la tierra que los cobijó.

Más que seducida por la forma, su poesía me parece plena del deseo de entender el gran misterio de la condición humana. Misterio que dice relación con la interrogante sobre la esencia de lo humano, con la maravilla del entendimiento, con la perplejidad de la pérdida de la esencia divina (Pedro Vicuña Navarro, poeta y actor.)

En sustancia, la poesía de Eliana Navarro, que no ha sido reconocida en su totalidad, nos ofrece un trabajo tranquilo, alejado de retóricas y sin asomos de confrontación o enrevesamiento al que son tan dados ciertos poetas, creyendo con ello alcanzar alturas inconmensurables.

Leerla es un bálsamo espiritual.

Rasgos biográficos

Nació en Valparaíso 1920. Posteriormente vivió en Trovolhue y Temuco donde curso humanidades. Se radicó en Santiago. Trabajó durante 41 años en la Biblioteca del Congreso Nacional. Viajó a Moscú, Frankfurt y México. Publicó en La revista Calicanto y la Revista Literaria de la Sociedad de Escritores de Chile. Integró el Grupo Fuego de Poesía,  el Pen Club y el grupo teatral mediodía. Recibió los siguientes Premios: Pedro de Oña, Gabriela Mistral y Academia Chilena de la lengua. Fallece en 2006.

Libros publicados

Tres Poemas 1951, La Ciudad que fue, 1965, La Pasión de San Juan 1980, La Flor de la Montaña 1995.

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